Es cierto que muchos museos de Bogotá ya han cambiado hacia el concepto de nuevo museo, pero igualmente es claro que el futuro de nuestras instituciones y la importante misión que deben cumplir en el siglo XXI dependen de que el público mismo se de cuenta amplia y masivamente de este cambio.
Si un museo aún aburriera a sus visitantes con vitrinas empolvadas que sólo le interesan a un extraño curador, si los textos todavía contuvieran palabras que sólo entiende un grupo de especialistas, si la visita escolar a un museo fuera aún ocasión de regaños ("estese callado", "no hay que hablar porque molesta", "copie todo ahora y apréndaselo, que otro día tendrá tiempo de pensar", "sólo hay un orden para visitar esta sala, ¿no se fijó en estas flechitas?"), el visitante con justa razón odiaría no solamente a ese museo, sino a todos los museos.
Por eso los educadores de museos que asistimos mensualmente a la terapia CECA estamos comprometidos con cambiar, no sólo de pensamiento y palabra, sino ante todo de obra, y pensamos que el cambio de todos es un apoyo importante para el cambio de cada uno. Máxime cuando uno de nuestos socios principales, el maestro, requiere también un cambio grande en su forma de aproximarse al museo. Y porque los escolares que vienen en grupo o a hacer tareas son nuestra audiencia del siglo XXI, y ellos se merecen descubrir como nosotros que un museo es un lugar delicioso para encontrar novia, para pasear al abuelito o para hacer un plan diferente cada domingo.
A esta convicción la hemos llamado nuestra propuesta pedagógica concertada (PPC). Es la siguiente:
Acordamos que:
Al hablar de educación desde el concepto de nuevo museo hay que hablar de constructivismo.
Esta teoría educativa propone que cada persona aprehende la realidad de un modo distinto, por cuanto cada uno la filtra según su propio bagaje de experiencias pasadas. No podemos por lo tanto enseñar, sino darle al educando oportunidades de aprender, de experimentar.
Visite nuestra página de Artículos, donde encontrará varias lecturas sobre el constructivismo en la educación y en los museos. Cuando nos criamos (¿Recuerda? "La letra con sangre entra...") no existía esta teoría, por lo que nos toca dedicarnos a estudiar: eso es el CECA.
...Y cuando hablamos de conocer al público que es usuario del nuevo museo, estamos hablando de mercadeo.
El mercadeo no consiste en vender cosas ni en hacerse rico aprovechándose del público.
Consiste en establecer las estrategias necesarias para conocer a los diferentes públicos a quienes les puede interesar nuestro museo, investigar cuáles son las necesidades de cada uno, y poner en obra los medios para satisfacerlas de la mejor manera. Los museos dependen completamente del público, ya que sin público sólo serían depósitos. Y si un público descubre que en nuestro museo puede satisfacer algunas de sus necesidades, tenemos asegurado el éxito... y de paso hasta una fuente de ingresos.
Como todos los museos de Bogotá compartimos unos mismos públicos, en el CECA aprendemos a conocerlos.
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